Para mi, el cultivo de fresas es uno de los más gratificantes. Son plantas perennes que nos permiten tener las macetas ocupadas todo el año. Aunque con flores no muy grandes, su floración resulta atractiva y podemos verlas casi en cualquier momento, existiendo épocas en el que son especialmente profusas, como la primavera o el principio del verano. Dan la gran satisfacción de poder consumirlas directamente desde la mata, en su óptimo de maduración y a temperatura ambiente, en las que el sabor y aroma son más patentes. Yo cuento con un fresario de unas 20 macetas, que reviso prácticamente a diario en busca de alguna fresa escondida. Son, sin duda, las grandes mimadas de mi macetohuerto. En este artículo, os muestro como trabajo con ellas, en especial en lo que al renovado de plantas se refiere.