martes, 19 de mayo de 2015

El placer de hacer manojos en el macetohuerto

Ya he comentado anteriormente que un macetohuerto no es precisamente un ambiente natural. De hecho se trata de un sistema bastante artificial, aunque nos puede proveer de alimentos de calidad si tenemos un buen sustrato, lo fertilizamos con abonos orgánicos y cultivamos variedades tradicionales de hortalizas. 

A pesar de esta artificialidad, a mi me gusta poner en práctica aquellas cosas que me acercan a un huerto plantado directamente en el suelo, como hacia en otros tiempos, cuando tenia huerta en casa de mis padres. Por ejemplo, al sustrato le pongo tierra con las semillas de las plantas silvestres que esta trae, que me dan biodiversidad y me hacen tener que escardar. Yo no alcanzo a concebir un huerto sin tener que escardarlo, a no ser que use acolchado claro. A mis pequeños naranjo y limonero les tengo hasta una pequeña cubierta verde permanente de hierbas silvestres que siego con tijera regularmente. 

Por otro lado, procuro que haya flores, tanto de los propios cultivos, como de las plantas silvestres o las plantas ornamentales que siembro expresamente. Con ello consigo que atraigan insectos que aumenten aún más la biodiversidad y estabilidad. Además, me gusta que anden medrando, percibir su compañía y observarlos.

Otro pequeño toque, en realidad no tan pequeño, es el uso de variedades tradicionales, a las que ya hice mención al principio. Hasta me permito el lujo de sacarles semillas y, aunque muy tímida y lentamente, mejorarlas genéticamente para adaptarlas al macethuerto, como hago con mi pequeña colección de tomates y lechugas. Esto es algo que la mayor parte de los agricultores profesionales ya no hace, salvo una parte de los agricultores ecológicos. Lo tienen totalmente olvidado desde que las grandes corporaciones semilleras empezaron a producir semillas para ellos y les quitaron este vínculo con las plantas. Y yo haciéndolo en mi macetohuerto, y con ello contribuyendo a la conservación de estas variedades. Como decía Edmund Burke: “Nadie comete un error más grande que aquel que no hace nada porque sólo podría hacer un poco”.



Como colofón a esta pequeña relación de cosas que podemos hacer en el macetohuerto, y que románticamente nos acerca a los campos de cultivo, esta la cosecha de nuestras hortalizas. Cuando puedo, me gusta ir con mi cesta de mimbre recogiendo los productos del macetohuerto y, cuando se da la oportunidad, hago manojos de las hortalizas que puedo, utilizando cuerda o rafia natural. Para dejarlos de exposición les quito las hojas feas y los lavo para retirarle los restos de sustrato. En fin, es solo por incrementar el placer que me supone estar en zapatillas con mis hortalizas en la azotea de mi casa. Os dejo las imágenes que he tomado de algunos de los manojos que he realizado, que por bonitos, no he podido evitar fotografiar.

Preparando un gran manojo de una variedad tradicional
 de zanahorias moradas. ¿A que se me nota la cara de felicidad?
Popurrí de acelgas rojas y blancas de penca ancha.
Espectacular manojo de ajetes que dio para 3 o 4 revueltos.
Un lindo manojo de rabanitos de Paris. Pequeño pero muy bonito.
Un manojo de zanahorias Nantesa aún sin lavar.
Es evidente que las zanahorias producen bien en macetas. 
Ultima cosecha de cebolletas antes de preparar las jardineras
 para la puesta de la huerta de verano.
Ramillete de perejil.


Pablo José Gonzalez Provost
elmacetohuerto@gmail.com

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