jueves, 27 de junio de 2013

Sesión 8 del 25 de mayo de 2013 del curso de macetohuertos (huertos ecológicos en macetas)

[ÍNDICE POR MATERIAS DEL CURSO] - [ÍNDICE CRONOLÓGICO]

Hoy la sesión ha estado centrada en distintos aspectos relacionados con el riego. Hemos comenzado hablando del contenido de agua del sustrato y de como lo aprovechan las plantas. Del volumen total de agua que puede almacenar un sustrato, no todo está disponible para las plantas y, del que está disponible, no todo se puede absorber con igual facilidad por las distintas especies de plantas. Es importante tener en cuenta los siguientes conceptos básicos:

  • Punto de saturación: Es el punto en el que todos los poros del suelo o sustrato están totalmente llenos de agua, no existiendo aire en ellos.
  • Capacidad de campo: Es el volumen total de agua que un suelo puede retener después de saturarlo (encharcarlo) y dejarlo drenar (escurrir) libremente durante varias horas. La capacidad de campo viene a reflejar el agua que el suelo almacena en los poros y canales pequeños, después de que los más grandes se hayan vaciado y llenado de aire. Cuando un suelo está a capacidad de campo el esfuerzo necesario para comenzar a extraer el agua retenida es bajo.
  • Punto de marchitez permanente: Es el contenido de agua de un sustrato a partir del cual las plantas no pueden extraer más agua y, por tanto, se marchitan y mueren, si no se riega en un corto periodo de tiempo.
  • Agua útil para las plantas: Es la diferencia entre capacidad de campo y el punto de marchitez permanente. Este agua útil será distinta en cada especie vegetal, en función de la fuerza que estas tengan para extraer el agua más fuertemente fijada al sustrato.
  • Agua fácilmente utilizable por las plantas: Es la parte del agua útil que las plantas pueden absorber con poco esfuerzo y por tanto sin merma de su capacidad productiva. El agua fácilmente utilizable depende de cada especie de planta, pero se considera, de forma orientativa, que para las menos sensibles a la sequía el agua fácilmente utilizable es el 50% del agua útil y para las más sensibles entre el 25% y el 30%.


Para explicar el contenido de agua del sustrato, yo uso el símil de la esponja:


  • Si sumergimos una esponja en un cubo con agua y la estrujamos lo más posible, todos los poros de esta se llenarán de agua. Podremos decir que la esponja esta saturada.
  • Si, a continuación, sacamos la esponja del cubo, una cierta cantidad de agua se escurre por su propio peso. Esta sería el agua de drenaje. El agua que queda en la esponja, una vez esta deja de caer, sería el agua a capacidad de campo.
  • Si ahora apretamos muy ligeramente la esponja, el agua que cae sería el agua fácilmente utilizable, pues con muy poca energía la extraemos fácilmente.
  • A medida que apretamos más y más la esponja, el agua va escurriéndose cada vez con más dificultad. Así hasta que llegamos a un punto en el que no escurre más, que coincidiría con el punto de marchitez permanente. La esponja sigue húmeda, pero esa humedad no la podemos extraer por más que apretemos. Una mano escuálida tendrá poca capacidad para escurrir la esponja, mientras que otra fornida le sacará más agua, lo que encajaría con plantas con mayor o menor fuerza para extraer ese agua.



A continuación, hemos calculado el caudal, la presión y la la cantidad de goteros que nuestro grifo (acometida) puede soportar simultáneamente. Así sabremos si podemos regar con una única tubería de riego o tendremos que poner varias controladas por válvulas independientes.

Lo primero que tenemos que saber es el caudal y presión trabajo de los goteros que pretendemos instalar. En el caso de mi macetohuerto son de 4 l/h a una presión de 2 bares. Esta información me la suministró la tienda distribuidora de los mismos.

Instalando un manómetro en el grifo, abrimos este hasta que el agua salga a una presión de 2 bares. Entonces calculamos el tiempo en el que tarda en llenarse un contenedor de volumen conocido. El que nosotros tenemos es de 10 l y hemos tardado en llenarlo 55 segundos. Aplicando un par de reglas de 3, obtendremos la información necesaria.

Si en 55 segundos se llenan 10 l, en 60 segundos (1 minuto) se llenarán X l:

         60 x 10
X= ----------- = 10,9 l
              55

Si en 1 minuto se llenan 10, 9 l, en 60 minutos (1 hora) se llenan X:

       60 x 10,9
X= ----------- = 654 l/60min = 654 l/h
              1

Nuestro grifo nos aporta 654 l/h a una presión de 2 bares. Si lo dividimos por el caudal de nuestros goteros, que son de 4 l/h, entonces obtendremos que:

Nº de goteros que pueden funcionar correctamente a mismo tiempo = 654/4= 163,5

Si el número de goteros que vamos a instalar es superior a 163 entonces tendremos que instalar dos tuberías independientes de riego (sectores de riego) como mínimo para poder regar adecuadamente. Cada sector tendrá que regar en momentos distintos.

Con el cálculo anterior en mente, el sistema de riego que yo he instalado es el siguiente:


  • 4 sectores de riegos controlados por un autómata. Uno riega macetas de 40 l, otros 2 macetas de 20, 30 l y el último jardineras de 100l, junto a las de 7l.



  • A todas y cada una de las macetas y jardineras les coloco un plato debajo en verano, para que no se pierda el agua de riego con los nutrientes disueltos, el cual retiro en invierno para que el sustrato no se anegue con las lluvias.


  • Las macetas de 7 litros (fresas) tienen 1 gotero, las de 20 l tienen 2, las de 30 l tienen 3, las de 40 l tienen 4 y las jardineras de 100 l tienen 8. Los goteros de cada maceta están montados en serie con un microtubo de 4,5 mm de diámetro. 
  • Todos los microtubos que van a cada maceta llevan una válvula independiente que me permite regular la cantidad de agua para cada una de ellas.


Otra cuestión que hemos visto es la necesidad de agua de los cultivos. Esta depende de:


  • La temperatura y humedad ambiente, que influirán en la transpiración de la planta y evaporación del suelo o sustrato (lo que en su conjunto se conoce como evapotranspiración).
  • La especie y variedad que estemos cultivando.
  • Del tamaño que tenga el cultivo en un momento determinado. No es lo mismo una planta recién trasplantada que otra que está con su tamaño máximo en plena producción
  • Del tamaño del contenedor que estemos cultivando.

Por poner un ejemplo, serán muy distintas las necesidades de riego de:

  • Un tomate de la variedad Bombilla Amarillo, cultivado en una maceta de 40 l en el mes de mayo con una edad de 4 meses.
  • Un pimiento de la variedad Gregoriano, cultivado en una maceta de 19 l en el mes de julio con una edad de 6 meses.

Si ademas tenemos en cuenta que nuestro macetohuerto es básicamente un policultivo, como lo suele ser cualquier huerta ecológica que se precie, habrá una gran diversidad de especies y variedades al mismo tiempo. Debido a esto, calcular una dotación de riego para cada maceta es una tarea difícil, por no decir imposible.

Con mi instalación de riego y las consideraciones echas en los párrafos anteriores, el manejo del riego consiste en ir ajustando los tiempos de riego de cada uno de los sectores, que están en torno a los 4 u 8 minutos. Para acercarme el punto de capacidad de campo, que vimos al principio de este artículo, voy regando al principio con incrementos de riego diario de 1 minuto. Cuando, con el paso de los días observo que el plato empieza a llenarse, comienzo a reducir con la válvula la cantidad de agua de las macetas afectadas hasta que observo que el plato solo se queda medio lleno y que en el transcurso del día este termina vaciándose por absorción de las raíces de las plantas. Si el plato se llena completamente, los vacío con una jeringa grande, de esas de realizar lavativas y cierro un poco la válvula. El líquido extraído los echo a una regadera para regar plantas que estén más necesitadas. Así, poco a poco, le voy cogiendo el pulso al riego.

Respecto al montaje de las tuberías de riego os realizaré algunas recomendaciones sencillas. Para colocar goteros o conectores de las tuberías de 4,5 mm a 16 mm, venden en las mismas tiendas que el material de riego unos herramientas “sacabocados” que harán esta operación muy fácil. Tan pronto hagáis los agujero colocar los conectores o gotero pues el agujero realizado tiende a cerrarse y la colocación se hace más difícil con el paso de los segundos. Por otro lado, si la conexión de las tuberías a codos, tes o manguitos se os hace muy difícil o imposible porque las tuberías están muy duras o rígidas, podéis calentar las puntas con agua caliente. Veréis que entonces entran fácilmente. Con calentéis directamente bajo una llama, pues esta puede deformar el plástico de forma permanente.





Dependiendo de la calidad de los goteros, estos emiten más o menos el mismo caudal. Es interesante hacer una prueba para ver la diferencia que hay entre ellos. Para realizar una sencilla evaluación, yo coloco unos 5 goteros al azar sobre vasos del mismo volumen. Entonces pongo en marcha el riego durante 1 o 2 minutos. Posteriormente, con con una probeta o jeringa, mido el volumen de cada vaso y calculo la diferencia, que no debería ser superior al 10 % o 15 %. Una vez al año o cada dos años, se pueden hacer esta prueba para ver si se van atascando los goteros a causa de la cal o o la suciedad.

Cuando tenemos un una tubería de riego muy larga, con muchos goteros incorporados, la perdida de presión, y por tanto de caudal, se va acumulando a lo largo de la tubería, de forma que los primeros goteros echan más agua que los últimos. Para evitar esto, o reducirlo en la medida de lo posible, se puede unir el final de una línea de goteros con el inicio, haciendo un anillo cerrado. De esta forma el agua entra por los dos lados de la tubería reduciendo la perdida de presión y homogeneizando el caudal. Si el macetohuerto es muy pequeño, esto no es un problema, siendo interesante en instalaciones mayores. Por otro lado en función de la forma del patio y azotea, estos cierres de circuitos son más o menos fáciles de realizar. Para tuberías de 4,5 mm será mucho mas interesante que para las de 16 mm, ya que las perdidas de presión son mayores. En mi azotea, cierro circuito en las tuberías de riego de las fresas que llevan tuberias de riego de 4,5 mm con gotero montados en serie para regar unas 12 macetas.

Desde la última sesión he ido acumulando frutos de tallos fructíferos de muchos cultivos, que hemos procedido a trillar, para posteriormente extraerles las semillas. En todos los casos se ha tratado de extracción en seco, como corresponde a las fechas del año en las que estamos. Que nadie piense que un macetohuerto no da para que uno se pueda obtener sus propias semillas. Algunas de ellas las intercambiaré en la Red deResiembra e intercambio de la Red Andaluza de Semillas. En concreto hemos procesado semillas de: haba 1 , haba 2, col china, brócol morada, espinaca de pincho, lechuga trocadero y rúcola. Casi ná. Pura soberanía alimentaria macetohuertil.


Las habas y las espinacas las hemos desgranado y separado manualmente.



La col china, el brócol y la rúcola las hemos trillado con los pies sobre el suelo y luego hemos separado la semilla por densidad (la semilla pesa más que las cubiertas de los frutos), ayudados de una bandeja.



La lechuga la hemos trillado igualmente en el suelo, aventándola posteriormente con un abanico, pues los restos del fruto salen volando fácilmente.



Todas las semillas las hemos guardado provisionalmente en unos botes de yogur reciclados. Solo queda repasar la limpieza de la semillas y guardarlas en la nevera en frascos herméticos de vidrio con algún material que absorba la humedad (tiza, ceniza o gel de sílice).


Finalmente, hemos realizado trasplantes a macetas intermedias de los esquejes de zarza sin espina que preparamos en la sesión 5 de febrero.



Si recordáis, hicimos un experimento de esquejado con hormonas de enraizamiento naturales. Preparamos las siguientes 3 muestras.

1. Estaquillas colocadas en sustrato sin más (patrón para comparar).
2. El método de las abuelas, consistente en colocar un par de semillas de lenteja en una incisión en la base del esqueje, justo a la altura del entrenudo por donde se emitirán las raíces. Al germinar las lentejas, las raicillas deben exudar hormonas de enraizamiento que las estaquillas deben poder aprovechar. Es el método en el que, desde un principio, he albergado más esperanzas, pues las abuelas son personas de mucha experiencia, y porque me ha hecho gracia la denominación, no os voy a mentir.
3. Estaquillas regadas con un extracto realizado con las raicillas de 1 cm que salen de las lentejas al ponerlas a germinar durante 5 o 6 días. Dos días después de la puesta en marcha del experimento llovió copiosamente, por lo que es probable que el extracto se haya lavado y desaparecido.


Pues bien el método 2, el de las abuelas, no ha funcionado bien. Solo ha enraizado bien una estaquilla de las 6 que se pusieron. Un par de ellas brotaron, pero finalmente murieron. Tres de ellas ni siquiera brotaron. No se si sucumbieron por la competencia que realizaron las plantas de lenteja que crecieron con interés. Igual había que haberlas cortado al poco de nacer.


La estaquillas de los métodos 1 y 3 enraizaron bien todas. Por tanto, no nos queda más que concluir que para el caso de la zarza sin espinas utilizar un buen sustrato, sin más, es suficiente. Habrá que probar en un futuro con estacas de ostras especies a las que les cueste más enraizar.

Otra de las cuestiones tratadas en la sesión fue la poda y entutorado, que es una de las tareas habituales en las huertas de verano, no siéndolo menos en nuestro macetohuerto, pues esta hortaliza es normalmente la más deseada. No es un proceso complicado, aunque requiere de atención para no desmochar la planta o que, por el contrario, se convierta en una maraña inmanejable de ramas, hojas, flores y frutos.

En el mundo de los tomates existen 2 grandes grupos:


  • Los tomates determinados o de mata baja, que son plantas pequeñas y compactas, de porte bajo, que florecen y fructifican dentro de un período de tiempo corto. El período de cosecha para tomates determinados es generalmente corto, y por esta razón son buenas opciones para ser enlatados. No requieren de poda ni entutorado.
  • Los tomates indeterminados o de mata alta, que crecen, florecen y a dan fruto hasta que mueren por degeneración hacia el finales del verano o debido o con las primeras heladas de otoño. Por lo tanto, la cosecha dura de dos a tres meses. La producción de fruto generalmente es mayor que tomates determinados, pero suelen tardan más en madurar. Las plantas de los tomates indeterminados son altas y producen bien cuando se podan y soportan con tutores.

Por tanto, lo primero que debemos saber de nuestros tomates es si son de mata baja o alta. Por razones de productividad en el pequeño espacio de un macetohuerto, es recomendable cultivar tomates de mata alta, salvo que el espacio sea especialmente reducido como para que crezcan libremente en altura.

El tomate determinado o de mata alta, cuando nace, empieza emitiendo un tallo con hojas laterales. En determinado momento, cuando la planta a cogido cierto desarrollo, comienzan a emitir nuevos tallos desde las axilas de las hojas, es decir en el punto de inserción de la hoja al tallo. La poda es muy fácil, se trata de eliminar todos los tallos secundarios que aparecen, dejando un único tallo, el original, que crezca en solitario hacia arriba. La poda la podemos realizar con una pequeña tijera, tronchando el tallo con los dedos o cortándolo con la uña de dedo gordo apoyada sobre el dedo índice.


También es recomendable podar las hojas más bajas de la planta que están en contacto con el suelo o sustrato, pues ciertas enfermedades pueden pasar de estos a la planta a partir de estas primeras hojas.


Hay que tener cuidado de no podar lo tallos florales que crecen sobre este tallo principal, pues perderíamos la cosecha, o no podar el brote final del tallo principal, pues la planta pararía su crecimiento en altura hasta que emitiese un nuevo tallo lateral que pudiésemos usar como tallo principal.

Yo entutoro los tomates sobre cañas de bambú que compro en los viveros, aunque se puede usar cualquier otro material resistente a la torsión (cañas normales, chupones de arboles frutales, listones de madera, etc.)

Por otro lado hay que tener en cuenta que, el tallo del tomate va engrosando conforme la planta va creciendo en altura, por lo que si la atamos muy ajustada puede llegar a estrangularse con el tiempo. Yo como material de atado suelo usar una bolsa de plástico del supermercado, la cual priego y corto con una tijera para sacar unas cintas flexibles. Estas, cuando el tallo engrosa, se ensanchan y no dejan que este se estrangule. Como pega a este material, cuando llega el momento de quitar las matas, porque el cultivo se ha terminado, hay que ir retirando estos plásticos con cuidado. Para evitar este problema se me ocurre que se podrían utilizar bolsas de almidón en lugar de plástico y así lo podríamos echar todo al compostero.




Pues hasta aquí la sesión 8. Nos vemos en junio.

Pablo José González Provost
elmacetohuerto@gmail.com

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